Por: Gabriela Jiménez Ramírez
La revista Science of the Total Environment, una de las que más publica estudios a nivel mundial, fue retirada recientemente del registro de calidad por incumplir estándares mínimos, tras años de malas prácticas.
No se trata de una equivocación editorial, al contrario, descubrieron decenas de artículos irregulares que revelan un sistema guiado por dinero y volumen de publicación.
El hallazgo expone las ganancias de las editoriales científicas, que en los últimos años han amasado miles de millones de dólares en ingresos procedentes de fondos públicos destinados a la ciencia.
Dirigida durante más de una década por el químico español Damià Barceló, Science of the Total Environment se mantuvo inflada por incentivos perversos y alimentada por el imperativo de producir más a cualquier costo.
La investigación y divulgación científica, que se ha mantenido como una labor de rigor y neutralidad, se convirtió para la revista en una transacción, más que en un proceso de validación del conocimiento.
En 2012, Barceló, de 71 años, asumió la dirección de la revista y en dos años duplicó el número de estudios publicados. El director de la «mega revista», convirtió la publicación en una máquina multiplicadora de artículos.
En una publicación del sitio Web Mundiario, señala que en apenas 10 años, la revista pasó de publicar unos pocos miles de trabajos a los 10 mil anuales. A más estudios, más ingresos, más poder y como es de suponer, menos control.
La revista pertenece al gigante editorial holandés Elsevier, que domina el mundo de las publicaciones científicas, con una cuota de mercado del 17% a nivel mundial.
Las grandes editoriales científicas —Elsevier, Springer Nature, Wiley y Taylor & Francis— acumularon más de 6.000 millones de euros en beneficios en 2024.
El escándalo de Science of the Total Environment destapó la existencia de redes que involucran porcentajes atípicos de autores procedentes de diferentes países, revisores inventados, conflictos de interés ignorados y editores que firman sus propios artículos.
Clarivate, la multinacional encargada de validar la calidad de las publicaciones, terminó por expulsar la revista tras constatar, después de muchos años, que ya no cumplía con los principios.
La expulsión de Science of the Total Environment, que para muchos es la crisis de la industria científica, debe abrir los ojos y la mente del sector, para que no siga funcionando de forma controvertida y se gane nuevamente la credibilidad del conocimiento.
La situación a nivel mundial se ha vuelto alarmante: los artículos científicos falsos llevan la credibilidad de la investigación a un punto crítico.
Solo durante el año pasado (2024), 10.000 artículos falsos en todo el mundo, tuvieron que ser retractados por revistas académicas, pero los expertos creen que esto es solo la punta del iceberg.
Decenas de miles de artículos de investigación falsos se publican en revistas científicas, en un escándalo internacional que se agrava cada año, advierten científicos. La investigación médica se ve comprometida, el desarrollo de fármacos se ve obstaculizado y la prometedora investigación académica se ve comprometida debido a una ola global de ciencia fraudulenta que arrasa laboratorios y universidades
A nivel internacional, se han realizado convocatorias para reflexionar sobre el manejo y aplicación de los conocimientos científicos, el desarrollo humanista de las investigaciones y la promoción de la verdad.
En Venezuela, contamos con el Código de Ética para la Vida, que tiene el objetivo de establecer los lineamientos filosóficos básicos y las normas que de ellos se derivan para contribuir con la construcción de una conciencia bioética en los espacios para la ciencia, la tecnología y la producción y la divulgación de los mismos.
La ciencia y la educación permiten a la humanidad reconocerse en su capacidad de crear, compartir y transformar conocimiento en bienestar colectivo. Cada científico, científica, investigador o investigadora asumen un deber ético: ofrecer información clara y oportuna, formar con rigor y sensibilidad, y abrir espacios de diálogo que fortalezcan la confianza en la comunidad, el bienestar y la paz del pueblo venezolano.