Por: Gabriela Jiménez Ramírez

El orégano no es solo un condimento; es una joya de la naturaleza con una historia milenaria y un potencial curativo increíble.

Posee dos denominaciones científicas, la más común es Origanum vulgare, aunque en Venezuela a menudo se usa el familiar «orégano orejón» Plectranthus amboinicus, valorado por su intenso aroma y propiedades.

Su aceite esencial es una potencia, rica en compuestos fenólicos como el Carvacrol y el Timol. Estos son los responsables de gran parte de su acción terapéutica. También contiene flavonoides, vitaminas (como la A y K) y minerales.

Es un potente antimicrobiano gracias a que el carvacrol y el timol le confieren una poderosa acción antibacteriana, antifúngica y antiparasitaria, ayudando a combatir infecciones. También es usado como antiinflamatorio y analgésico, ayuda a aliviar dolores musculares, articulares y menstruales, siendo útil contra afecciones como la lumbalgia y la tortícolis.

En cuanto a salud respiratoria actúa como un excelente expectorante y antitusígeno, aliviando los síntomas de la tos, el resfriado común, la bronquitis y la congestión. Es un digestivo y carminativo ya que favorece la digestión, ayuda a eliminar gases (flatulencias) y alivia espasmos gastrointestinales, siendo tradicionalmente usado para el malestar estomacal.

En la cultura venezolana, el orégano orejón es un recurso indispensable para la medicina popular. La infusión de sus hojas es un «levanta muertos» contra gripes y resfriados, se usa para bajar la fiebre alta, desintoxicar el hígado y, en cataplasmas, para sanar heridas o aliviar la picazón de la escabiosis. 🥵🫩

¿Conocías todos los beneficios que nos puede brindar el orégano? La naturaleza nuestra que de ella brota la #CienciaParaLaVida.✨