En este momento estás viendo Investigadores abordan beneficios de los pastos marinos para la biodiversidad

Investigadores abordan beneficios de los pastos marinos para la biodiversidad

  • Categoría de la entrada:Noticia

Durante la instalación de la mesa Biodiversidad en Riesgo, del Congreso Mundial por la Defensa de la Madre Tierra, celebrado en Caracas, la investigadora Mayré Jiménez Prieto, del departamento de biología marina del Instituto Oceanográfico de Venezuela de la Universidad de Oriente, núcleo Sucre, presentó la ponencia Los pastos marinos como extensiones de la Madre Tierra.

La experta venezolana explicó que existen cerca de 60 especies de pastos marinos, distribuidos en 13 géneros y cinco familias. Son, además, plantas angiospermas que evolucionaron y colonizaron los océanos durante el Cretácico. Son similares a las plantas terrestres y son las únicas plantas acuáticas con flores y frutos, capaces de vivir exitosamente en un ambiente 100% marino.

Jiménez señaló que la interconexión entre los ecosistemas costeros y marinos es íntima, y que se manifiesta mediante el flujo de nutrientes, sedimentos y el intercambio de beneficios ecológicos.

Una de las funciones de los pastos marinos es su capacidad para atrapar sedimentos y filtrar nutrientes, aumentando la claridad del agua y la entrada de luz para el crecimiento de otras plantas y algas. Sus raíces y rizomas forman densas redes que atrapan los sedimentos del fondo oceánico, estabilizando el lecho marino y reduciendo la erosión de la costa.

Asimismo, los pastos marinos son barreras naturales que brindan protección costera por su capacidad para reducir la energía de las olas y las corrientes. Y absorben CO2 de la atmósfera a través de la fotosíntesis, almacenando carbono en sus tejidos y en los sedimentos, contribuyendo así a mitigar el cambio climático

La investigadora agregó que la conservación de la biodiversidad de peces, invertebrados, aves, mamíferos marinos y plantas dependen esencialmente de estos pastos, por ende, es fundamental resguardarlos y protegerlos para que continúen siendo recursos para generaciones futuras.

Otro de sus grandes aportes es que reducen la acidificación de los océanos, “esta vegetación también contribuye a la resiliencia de los ecosistemas y las especies más vulnerables, como los arrecifes de coral, otro elemento importante de los océanos”, señaló.

Mencionó que, desde 1930, los pastos marinos han estado en declive producto de una enfermedad debilitante que diezmó el 90% de las praderas del Atlántico Norte. Esta situación empeoró con factores de origen humano han reducido la extensión de las praderas marinas en todo el mundo.

En este sentido, señaló que para proteger los ecosistemas de carbono azul se necesitan “planes de manejo que incluyan políticas de zonificación y uso del suelo, la creación de áreas protegidas, la restauración activa de ecosistemas degradados, y la implementación de financiamiento e incentivos económicos vinculados a los servicios ecosistémicos”.

Valoró como crucial la participación comunitaria, la educación ambiental comenzando desde las escuelas, el desarrollo de un marco regulatorio para mercados de carbono azul, y la aplicación de una gobernanza participativa y el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades locales.

Mincyt / Prensa: VG / Foto referencial.