por Rosiris Ortega
Investigadores del Laboratorio de Ecosistemas Marino Costero de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV), del Centro de Química del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), del Instituto de Zoología y Ecología Tropical (IZET), y de la Universidad de Oriente (UDO), con apoyo del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (MinCyT), estudian la evolución del coral blando Unomia Stolonifera (octocorallia: alcyonacea), que invade las Costas Orientales, Zona Central y Centro Occidental del país.
Estrella Villamizar, profesora e investigadora del IZET, quien lidera el proyecto del coral blando explicó que fuentes cercanas han determinado que el animal marino fue traído al país por una persona que trabaja con acuarios y lo puso en contacto con el fondo marino pero “se le salió de control”.
“Ahora ha invadido parte de la Costa Oriental venezolana la Zona Continental y todavía no hay reportes de la Zona Insular. Más recientemente se descubrió en la Zona Central y Centro Occidental del país y en particular en una ensenada que se llama Valle Seco en el estado Aragua y en Cayo Sur”, indicó la experta en entrevista para el MinCyT.
Advirtió que se trata de una situación dramática porque el animal no tiene depredadores, ni organismos que compitan con ellos debido a que vienen del Indo Pacífico, su medio natural y no aquí en el Caribe.
En ese sentido, precisó que el coral invasor está ahora en Venezuela pero puede expandirse por la corriente, por botes y redes de pesca hasta distribuirse en Centroamérica y otras regiones del Caribe.
“El daño mayor se está dando en nuestros fondos marinos donde hay una biodiversidad muy grande de especie marina, ahora está pasando de un fondo multiespecífico a uno monoespecífico”, alertó.
Otro de los riesgos del animal marino es la afectación a la zona pesquera en el oriente venezolano donde, según reportes, ya se están presentando las consecuencias de la invasión marina, lo que repercute directamente en la soberanía alimentaria especialmente en las sardinas especie que se produce en esa región, expuso Villamizar.
Tomando en cuenta la situación, los investigadores de áreas como biología, ecología y química, mantienen vigilancia del coral invasor para caracterizar la especie desconocida en el país e incluso en su lugar de origen. Con el proyecto se evalúa en sistemas de acuario, su información biológica, química y ecológica.
El bloqueo impide avance de la investigación
El profesor e investigador del Centro de Química del IVIC, Rubén Machado, denunció que ante las Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU) impuestas a Venezuela por el Gobierno de Estados Unidos (EEUU), el avance de los estudios en torno al coral invasor se comprometen al no contar con equipos técnicos para continuar los procesos de evaluación.
“Para poder caracterizarlo se requieren técnicas como resonancia magnética nuclear, infrarrojos y técnicas de rayos X de mono cristales, pero lamentablemente no disponemos de esos equipos ya que las Medidas Coercitivas Unilaterales que tenemos no nos permiten dar cotización, y en caso de tenerla no podemos tener el personal técnico porque no lo permiten las sanciones”, aseveró.
De continuar la situación, las consecuencias son: atraso metodológico para desarrollar técnicas, procesos de investigación y asesorías en áreas como farmacéutica, la parte petrolera, minera y población en general.
“Deberíamos establecer mecanismos políticos a nivel internacional para hace entender a quienes nos ponen sanciones que deben levantarlas porque esos equipos son para ayudar a la población”, recalcó.
Recomendaciones para su manejo
Los investigadores llaman a la población en general a mantenerse lejos del coral invasor para evitar que se disperse ya que al tocarlo o pisarlo tiende a reproducirse fácil y rápidamente, formando un grupo de pólipos.
Además, si se avista el coral, se recomienda capturarlo en fotografías con el teléfono y su GPS activo para enviarlos a la UDO, UCV o MinCyT y así detectar su ubicación.
Aunque el coral invasor es inofensivo al contacto con el ser humano, se recomienda no arrancarlo.
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