Hacer de la ingeniería una compuerta emergente en función de ganar nuevos espacios creativos para las niñas y adolescentes con la intención de romper los paradigmas patriarcales desde la cosmovisión de la mujer en el área de la ciencia y tecnología mediante la sensibilización y femineidad es una de las apuestas de Rosa Hidalgo desde la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología del Estado Mérida (Fundacite Mérida).
Y es que esta merideña de 36 años de edad Ingeniera de sistemas en el área de investigación de operaciones, egresada de la Universidad de Los Andes y quien actualmente funge como analista en la Unidad de Sistemas de la Fundacite Mérida ha visto como su transitar de vida guarda una fuerte relación con la innovación, dada la influencia de su padre, tíos y primos dentro de la Informática.
Una ingeniera de sistemas que en sus sueños de niña añoraba ser pediatra, pero que cursando sexto grado tuvo un nuevo despertar vinculado al árbol genealógico de ingenieros que se han ramificado en su familia. Teniendo como perfil la línea de la informática como un camino labrado, gracias a la influencia de su tío, un ingeniero de sistemas de las primeras generaciones de la informática.
Pero añadiendo la esencia e impronta de Rosa Hidalgo en un ámbito donde los hombres por autoproclamación del sistema han acaparado los grandes titulares; sin embargo, la niña que cambió las aspiraciones de incursionar en la pediatría, dio un viraje de 180 grados y continuar la estela de irreverencia necesaria que trazó la célebre matemática británica Ada Lovelace, para hacer de la informática un campo prolífico donde la mujer tiene un rol determinante y esencial en la humanidad.
Germinar el semillero
Alguien que con pasión describe su rol en Fundacite Mérida, donde de forma sorpresiva la presencia de los niños y niñas ha propiciado en Rosa una transformación personal y profesional. Por ende, la socialización del conocimiento desde edades tempranas tomando como punto de referencia la robótica, es uno de los mayores desafíos para Hidalgo y su equipo en Fundacite Mérida, un hecho que les ha llevado a adaptarse a este reto de divulgación y enseñanza cómo se imparte desde el Plan Nacional Semillero Científico.
“En este nuevo rol que nos tocó de robótica educativa, pues no ha sido fácil, porque bueno, no estábamos muy preparados para trabajar con niños, y nos ha tocado desde muy pequeñitos. Ahorita estamos recibiendo y dando talleres a niños desde primer grado hasta el último año de bachillerato. Si ha sido difícil porque bueno nos han llegado niños que obviamente ahorita son muy pilas, hay otros que demandan más atención y eso para nosotros ha sido un choque, de repente el no saber cómo atender estas situaciones en un momento dado. Pero ha sido muy gratificante de verdad que nos ha gustado mucho trabajar con los niños, aunque no sea nuestra área directa” confiesa Rosa.
Aunque en ocasiones las circunstancias les hayan exigido adoptar didácticas particulares en la caracterización de ese talento emergente indispensable para garantizar la generación de relevo de nuestro semillero científico, Rosa considera acertado este proceso.
“Mira, los niños cuando están en contacto con los robots con la computadora, ellos sienten mucha curiosidad; ellos de una vez quieren ver cómo se arman, como se desarman, cómo se programan. Es más, en el último taller nos tocaba apagar las máquinas para que ellos nos escucharán y pusieran atención, porque si no se perdían en esto. Creo que la curiosidad se les despierta a niveles grandísimos” acota.
Para Hidalgo, las políticas actuales que implementa el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología (Mincyt) en su afán por promover la inclusión y hacer de la educación STEAM, un modelo educativo que integra las disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas en el proceso de enseñanza y aprendizaje, es un acierto ya que apuesta a que las niñas puedan acceder a estas a temprana edad, y así romper con las brechas, allí, se anotan claves importantes donde los liceos técnicos son esenciales .
“A mí me parece super importante, porque de repente ahorita están llegando a 5to año, y ¿qué quieres estudiar? No sé, y más en las niñas, osea cómo que no hay una influencia así verdadera en estas carreras de ciencia” expresa.
Romper con las brechas
De tal manera, que la visualización y participación de las niñas en estudiar carreras de ciencia y tecnología, deben ser consideradas pertinentes en función de ganar terreno, más allá de una percepción de competencia, y con ello romper con las desigualdades y brechas a las que han estado sujetas las mujeres.
“Yo invitaría a las niñas a estudiar estas carreras de ciencia de ingeniería, porque, aunque ha cambiado un poco desde hace tiempo, esto de que la ingeniería y la ciencia son de un solo género, el masculino, eso ha cambiado. No es totalmente de las mujeres, pero siempre se necesita esta visión femenina que aporta sensibilidad, que tiene otro tipo de pensamiento, otro tipo de visión, y creo que sí debemos incentivar a las niñas, porque es tema de miedo a las matemáticas, del miedo a la ciencia, que lo tienen todos claro, pero ahorita hay una moda de youtubers, del tiktok. Debemos tomar estos espacios para incentivar estos estudios de ciencia e ingeniería», manifiesta la responsable del núcleo de Robótica de Fundacite Mérida para el Programa Nacional Semillero Científico.
Contribución desde la diversidad
Otro de los aspectos resaltantes de Hidalgo, tienen que ver con la necesidad de contribuir al desarrollo del país, desde su área de competencia, por tal razón, en su rol como maestrante en Modelos de Simulación en la Facultad de Ingeniería de la ULA, elaboró un proyecto de blockchain con vinculación al sector de la salud.
“Mi proyecto de maestría, lo presenté en diciembre de 2023, fue un proyecto sobre Blockchain, pero no hablando de criptomonedas, sino en la parte de subir información a la Blockchain. Hice un programa que permitía guardar datos críticos como información médica, por ejemplo si tú estás en otro país, poder bajar Blockchain en cualquier parte del mundo tu historial médico, que cualquiera lo pueda ver, tú teniendo una clave, que ya no sea de la clínica, que no sea solo del doctor, que tú tengas acceso a todo tu historial médico” relata Rosa.
Un trabajo que destaca la amplitud del conocimiento y la interrelación de la informática en campos tan esenciales como la salud, por lo que asevera que la contribución de una mujer ingeniera, tiene un componente fundamental para la matriz productiva nacional.
“Aportamos en muchas áreas. Primero porque los ingenieros de sistemas, en general, podemos trabajar en cualquier empresa, no solo estamos para una empresa en específico. Podemos estar en programación, en gerencia, en control de automatización, en cualquier empresa. Hay que romper con los estereotipos de que yo también puedo cargar la computadora y abrirla, y desarmarla, y volverla armar, eso tiene que cambiar porque en algún momento me pasó. Y aportamos una visión distinta pues, darle mayor sensibilidad en nuestra área de trabajo, no solo es programar o desarrollar código” enfatiza.
Compartir el conocimiento
El despertar como docente de Rosa no ha hecho más que avivarse y eso se nota cuando describe su participación en talleres y otros planes que se fomentan desde la Fundacite Mérida.
“Bueno creo que para mí es muy importante poder, o tener la oportunidad de compartir conocimiento, por eso creo que en 10 años aparte de lo que hago ahorita, me veo dando clases” recalca.
Sin lugar a dudas, Hidalgo, es una muestra de cómo la mujer venezolana desde cualquier trinchera del conocimiento persigue el bienestar del colectivo haciendo uso de las diversas herramientas cognitivas que se empleen para tal propósito. Ya que hasta en la programación, códigos, software, procesos, simulaciones y robótica, éstos no serían nada, sin agregar el componente social, y si a estos se le añaden la visión de sensibilización humana de la mujer a la fórmula, serán posibles, sentar las bases para la masificación de las niñas y adolescentes dentro del proceso formativo y su participación a gran escala en profesiones afines a la ingeniería, ciencia y tecnología lo que representa la germinación del semillero científico venezolano”.
Prensa: Polo Científico y Tecnológico venezolano / Textos: Jack Bravo / Fotografías: Candi Moncada