Reducir el consumo de ultraprocesados mejora la calidad de vida

Reducir el consumo de ultraprocesados mejora la calidad de vida

La alimentación está directamente relacionada con el estilo de vida de los seres humanos y de las especies. El desarrollo industrial fue determinante para la construcción del modelo de alimentación que actualmente conocemos, adaptado al acelerado ritmo de vida que impone el sistema capitalista mundial.

Este tema fue abordado por la ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, mediante una publicación en su canal de Telegram, donde ponderó el valor que tiene la alimentación para atender la salud general, en medio de un mundo que nos lleva a consumir productos ultraprocesados, muchas veces sin ser conscientes de su impacto negativo.

“Que célebre Hipócrates al decir: ‘Que tu medicina sea tu alimento, y tu alimento tu medicina’”, escribió la ministra .

Asimismo, explicó lo complejo que es para las personas saber a fondo cuáles son los componentes de sus alimentos.

“Cualquiera que haya intentado descifrar la composición de un producto alimentario (su porcentaje de azúcar o sal, por ejemplo) ha comprobado que, en muchos casos, resulta casi tan complejo como resolver una integral. En otros, cunde el asombro al constatar que el ingrediente estrella del artículo ocupa el último lugar de los componentes y, por tanto, apenas hace acto de presencia. No es asunto menor: la mala alimentación provoca hipertensión, colesterol, diabetes, enfermedades cardiovasculares”, especificó.

Patologías como la obesidad, diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares o el cáncer, son generadas por una alimentación carente de nutrientes.

“Muchas veces no somos conscientes de su impacto porque las consecuencias no son inmediatas, sino que afloran tiempo después”, escribió.

La ministra para Ciencia y Tecnología también manifestó que: “El problema no es un dulce o un alimento dado en una sola ocasión, el dilema es la repetición; el hábito. Además debemos reconocer que antes no existían tantas chucherías y productos muy procesados, como ahora”.

Precisó que al cambiar las condiciones de vida, también cambian los hábitos y la alimentación. “Lo que ha ocurrido es que las condiciones de vida han cambiado. El modelo económico productivo ha interviniendo hasta en nuestros hábitos de vida y alimentación. Estamos inmersos en una lógica «productivista», tenemos menos tiempo para vivir adecuadamente, con la calma necesaria para cocinar y nutrirnos más sanamente, somos bombardeados constantemente de publicidad en todos los espacios, nada educativo, sino la promoción de productos malsanos”.

¿Quiénes son los ganadores de este esquema?

La también vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez, expresó que este modelo de alimentación es sustentado por empresas que “invierten millones de dólares al día en anunciar comida, lugares donde comprarla o sitios donde comer. Si la publicidad no influyese de manera decisiva en nuestra manera de concebir los alimentos y en nuestras decisiones de compra… Han logrado globalizar la cultura de la alimentación, atentando contra nuestra identidad y cosmovisión”.

En este sentido, recordó que es necesario que los seres humanos re-conecten con la naturaleza, para transformar este sistema que genera riquezas para las minorías y enfermedades para las mayorías.

“Volver a promover la comida de cercanía, de las unidades de producción ecológicas de los pequeños campesinos, Desde el hogar y la escuela premiar la educación de lo nuestro, es fundamental, y también volver a enseñar a la gente a cocinar como se hacía antes, que vean y se sienta el valor de dedicar algo de tiempo a preparar un plato de alimentos por amor a nosotros y nosotras”, sentenció.

Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Vanessa Gutiérrez.

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