Maria Fernanda Correa, vicepresidenta de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), es una científica que pone de relieve el potencial biotecnológico y medicinal de la florifagia.
La florifagia es el consumo de flores como alimento, es una práctica que, aunque no es nueva no estaba muy difundida entre los consumidores hasta hace algunas décadas.
Tras conocer su experiencia, la vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez, señaló en su cuenta en X que “hace miles de años que se comen flores; primero, por sus propiedades medicinales, luego, porque en Oriente se las venera como ornamento y alimento. Y desde América nuestras comunidades indígenas para sus infusiones, comidas y preparaciones”.
En un material audiovisual, presentado por la vicepresidenta sectorial, la Dra. Correa, quien se ha dedicado al estudio de la florifagia, señala que “detrás de una flor hay un infinito potencial biotecnológico”, -por ejemplo, la Clitoria Ternatea o flor de la paz- “es una fuente de fitoquímicos que son antiinflamatorios; para la diabetes, para la hipertensión arterial y para controlar el metabolismo lipídico”.
La vicepresidenta sectorial Gabriela Jiménez Ramírez comenta que “existen flores que se beben y flores que se comen. Hay vino con flores y té de flores. Se utilizan en entrantes y postres. Hay quien utiliza los pétalos de rosa para las ensaladas, las tartas y las salsas; las flores de calabacín rellenas y rebozadas; las flores de hierbas aromáticas en multitud de platos”.
Tipos de flores comestibles y recomendaciones
La también ministra para Ciencia y Tecnología, sostuvo que estas flores aportan sustancias biológicamente activas como vitaminas A, C, riboflavina, niacina, minerales como calcio, fósforo, hierro y potasio beneficiando la salud de quien las consume. Importantes carotenoides, flavonoides, antocianinas entre otros.
Algunos ejemplos de flores comestibles como las rosas, violetas y capuchinas, entre otras; sus usos y aplicaciones como alimento, sus características organolépticas y valor nutrimental pueden considerarse un alimento funcional. Además de sus propiedades medicinales. No todas las flores pueden consumirse como alimento hay otro grupo de flores que pueden resultar tóxicas por ello su estudio y uso orientando.
Asimismo, comenta que “hay una lista interminable de flores comestibles, pero, ojo, no se pueden usar las flores de una floristería ya que han sido tratadas con pesticidas. Por lo tanto, estas flores destinadas a ser comidas o ingeridas son cultivadas sin agroquímicos ni tratadas con pesticidas”.
Señala que “hace miles de años que se comen flores, desde China a Suramérica. Primero, por sus propiedades medicinales, luego, porque en Oriente se las venera como ornamento y alimento. Cada flor, en Asia, tiene un significado espiritual que, en el caso de la cocina, luego se traslada al plato. A la flor de loto se le rinde culto y es una de las más apreciadas. Las raíces confitadas de esta planta se empleaban para rellenar aves. También la cocina hindú está llena de referencias florales en sus plato”.
La vicepresidenta sectorial, Gabriela Jiménez Ramírez finalizó su explicación afirmando que: “En Suramérica, desde el chocolate, hasta la flor del maguey, de la auyama o del nopal. Son parte de nuestra naturaleza y cultura. Fuente inagotable para la investigación científica, para el diálogo y ecología de saberes”.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt).