La ministra para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, resaltó que la ciencia debe actuar de manera controlada sobre las consecuencias de los fármacos para consolidar el bienestar de los ecosistemas.
La “farmacocontaminación es la presencia de medicamentos en los ríos y ambiente en general por el uso en la salud humana y veterinaria, cuyos residuos se acumulan en aguas, ecosistemas y fauna. Ya existen reportes de 1000 fármacos (de uso veterinario y humano) detectados en el ambiente (antidepresivos, anticonvulsivos, antiinflamatorios, antibióticos; asociados a resistencia, hormonas entre otros)”, señaló.
Precisó que este fenómeno se refiere a la “bioacumulación y biomagnificación, la movilidad de los fármacos y la contaminación de los cuerpos de agua”.
En ese sentido, destacó la importancia de las farmacias sostenibles que garantizan el bienestar de nuestro entorno.
“Una farmacia sostenible constituye todos los procesos asociados a la fabricación, comercio y uso de medicamentos/ fármacos que deben operar de manera responsable desde el punto de vista ambiental, social y económico, con el objetivo de minimizar su impacto negativo en el entorno y contribuir al bienestar de la comunidad (ecosistemas) a largo plazo”, expresó en su cuenta en X la ministra Gabriela Jiménez Ramírez.
Ciencia para la vida
La también vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, resaltó que “la Ciencia debe avanzar hacia nuevas estrategias que favorezcan el control y manejo de estos residuos, actuar sobre las consecuencias de los fármacos contaminación y la responsabilidad industrial y médica en el uso racional de los medicamentos; al respecto debe ser una política de todos por ‘Una Salud’”, precisó.
En esa línea la vicepresidenta sectorial considera que es necesario “promover hábitos saludables en la población (formación y educación, dieta, ejercicio y recreación apropiados)”.
Además, dijo que es importante promover la “formación y divulgación sobre el impacto ambiental de los fármacos para el ambiente”.
La ministra Gabriela Jiménez Ramírez, explicó que “las principales consecuencias de que estas sustancias sean liberadas al medio ambiente implican un desequilibrio, pues pueden provocar alteraciones en las comunidades de microorganismos, tanto acuáticas como terrestres”.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Amarilis Palacios.