La bióloga molecular húngara, Katalin Karikó, de 68 años de edad, es una de las desarrolladoras de las denominadas vacunas de ARN mensajero, que han permitido salvar millones de vidas en el mundo.
Las “nuevas propuestas en la terapia del Cáncer proponen el uso de vacunas de ARN mensajero”, comentó la Vicepresidenta Sectorial de Ciencia Tecnología Educación y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez en su cuenta en Twitter, en donde hace referencia a la entrevista realizada a la reconocida bióloga molecular.
En dicha entrevista, Karikó señala que estas vacunas también pueden ser muy útiles contra infecciones causadas por bacterias.
“Se está desarrollando una vacuna experimental contra la enfermedad de Lyme transmitida por garrapatas y otra contra la encefalitis transmitida también por garrapatas. Esta última es una vacuna de ARN testada en animales que no se basa en la inmunización contra proteínas del patógeno, sino en proteínas que se encuentran en la saliva de las garrapatas, de manera que desde el momento de la picadura del insecto producen una inmunización generadora. Y también tenemos la Vacuna de ARN mensajero contra la malaria”, explicó.
La Bióloga añade que las investigaciones de vacunas contra el cáncer, que llevan adelante las empresas pioneras de vacunas de ARN mensajero como Curevac y BioNTech, constituyen “un largo proceso científico que se está corrigiendo a medida que se dispone de nuevos conocimientos sobre el sistema inmunitario humano y las complejidades del cáncer”.
Estudio clínico
Karikó explicó que, durante el estudio clínico de la vacuna, 16 pacientes fueron sometidos a varios ciclos de tratamiento con diferentes fármacos.
“La vacuna era básicamente su última oportunidad. Su sistema inmunológico ya estaba muy débil, aunque todavía funcionaba. Lo que necesitábamos era generar inmunidad mediada por células T asesinas una clase de glóbulo blanco). Ocho respondieron y 18 meses después el cáncer no había reaparecido. Otros ocho no respondieron y recayeron. Uno de los pacientes que respondió tenía metástasis y, sin embargo, sus tumores desaparecieron”, precisó.
La bióloga agregó que los pacientes “que no respondieron tenían tumores ligeramente más grandes. Debido a que este es un primer estudio con pocos pacientes, no podemos hacer generalizaciones. Ahora necesitamos continuar recopilando información y comprender por qué algunas personas responden y otras no. Eso es ciencia”.
Además, mencionó que el “cáncer es demasiado complejo. Cada tipo de tumor tiene sus propias características. Cuando comencé en BioNTech en 2013, el cáncer de pulmón era prácticamente una sentencia de muerte. Luego vino la inmunoterapia con inhibidores de puntos de control, que permitió que cada vez más personas sobrevivieran a este tumor”.
Explicó que todavía existen tumores que son invisibles para el sistema inmunitario y “necesitamos más investigación para averiguar por qué. Lo bueno es que ahora hay mucho dinero para desarrollar nuevas vacunas y tratamientos basados en el ARN mensajero”, puntualizó la bióloga húngara.