La Academia de Ciencias Agrícolas de Venezuela (ACAV), evalúa trabajar con la apitoxina desde el punto de vista científico – tecnológico para tratar algunas enfermedades. El reconocido veneno secretado por las abejas hembra, se utiliza comúnmente para el tratamiento alternativo de patologías reumáticas y otras afecciones articulares.
María Bencomo, ingeniera en producción animal y presidenta de la Academia afirmó que “este proceso primero debe cumplir con el protocolo científico – tecnológico para poder determinar las cantidades, dosis, elementos y para qué enfermedades pudiéramos tratar con la apitoxina.”
La apitoxina contiene propiedades curativas para lesiones crónicas tales como bursitis y tendinitis; padecimientos cardiovasculares como hipertensión; padecimientos pulmonares como asma; extracción de tejido cicatrizante; problemas de la piel como eccema; pérdida del cabello, síndrome premenstrual (Spm), entre otras.
“Estamos impulsando diferentes proyectos orientados en las áreas de salud, agricultura, producción, recolección y caracterización de la miel; así como de algunos elementos que se han determinado con los productores como la identificación de las abejas nativas, clasificación taxonómica y la especie de abejas que se encuentran en los llanos occidentales”, explicó Bencomo.
Además, la ACAV con el objetivo de profundizar en la investigación apícola ha fortalecido la formación de nuevos profesionales en el área; muestra de ello es que tienen competencias para certificar títulos y hacer estudios no conducentes a grado, como los diplomados.
La ACAV, tiene una gran fortaleza en el tema apícola en el país. Cuenta con un laboratorio dotado con equipos de última generación y un sistema integrado, donde reciben hasta 3 mil toneladas de miel que procesan hasta el almacenamiento, toda esta capacidad se encuentra a la orden de los apicultores venezolanos.