El cambio climático ha causado estragos a nivel mundial y los cultivos no han escapado a esta realidad, pues los mismos se han visto afectados por los cambios de temperaturas, sequías severas y la variación en los patrones de lluvia que amenazan la disponibilidad de agua y reducen el rendimiento en algunos rubros.
Ante lo antes expuesto, un grupo de investigadores del Laboratorio de Ecosistemas y Cambio Global del Centro de Estudios de la Crisis Ambiental Global (CECAG) del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), están desarrollando el proyecto denominado “Vulnerabilidad de los sistemas agroalimentarios al cambio climático: Implicaciones para la seguridad y soberanía alimentaria”, que es financiado por el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (FONACIT).
“Con este proyecto se busca evaluar el impacto, la vulnerabilidad y la adaptación de los sistemas agroalimentarios al cambio climático”.
Así lo señaló Jhonattan Bueno, ingeniero agrónomo y Profesional Asociado a la Investigación (PAI) del Laboratorio de Ecosistemas y Cambio Global, quien lidera esta iniciativa, donde se produce conocimiento científico que busca sustentar las propuestas de políticas públicas para que los órganos y autoridades tomadores de decisiones puedan elaborar planes concretos que promuevan el desarrollo y mejoras en el sistema agroalimentario del país.
¿Por qué se escogió el rubro de las caraotas?
Este es un rubro cultural y estratégico para el país, y toda la evidencia científica a nivel internacional indica que los escenarios de cambio climático van a dificultar la producción agrícola, donde los países tropicales y en vías de desarrollo van a ser los más afectados por ser los más vulnerables. Actualmente, a nivel internacional hay toda una discusión de cómo abordar el problema del cambio climático y desde hace años se viene discutiendo la creación de un fondo internacional de pérdidas y daños, pero aun los mecanismos de implementación no están claros.
El ensayo se desarrolló en el estado Cojedes, tomando en cuenta que en esta entidad los investigadores encontraron una gran fortaleza; una unidad de producción que cuenta con agua y un grupo de productores que han estado prestos en la colaboración del cuidado del cultivo.
El ingeniero agrónomo señaló que existe una situación delicada en Venezuela con el tema de la producción de semilla y es necesario fortalecer el desarrollo de líneas de mejoramiento genético en el contexto del cambio climático, y en esta materia, con la colaboración del Instituto de Genética de la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela (UCV), han sometido tres líneas genéticas a distintas condiciones de riego simulando escenarios de sequía.
“Para poder desarrollar el proyecto empleamos aeronaves pilotadas a distancia para evaluar distintos índices de vegetación donde se da cuenta del estado de salud de los cultivos, índices que relacionamos con indicadores de estrés fisiológicos, medición de cationes en sabia de la planta, con la finalidad que en un futuro muy cercano la tecnología sea puesta al servicio de los productores”.
Explicó el experto que en Venezuela cerca del 90 % de la agricultura depende del agua de la lluvia y eso provoca una profunda situación de vulnerabilidad, por lo que “se requiere una respuesta de Estado, adecuación de los sistemas de riego que existen y con el estudio que estamos desarrollando buscamos sustentar con base científica los resultados del proyecto”.
Información de Prensa IVIC/Edith García