La sustitución de importaciones en la producción de alimentos balanceados para animales es clave para fortalecer la seguridad alimentaria y la economía nacional. Este enfoque implica reducir la dependencia de materias primas importadas y fomentar el uso de recursos y productos locales.
Por ello, desde el Laboratorio de Nutrición y Alimentación Animal del Centro de Biotecnología Agrícola «Dr. Humberto Fernández-Morán» del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), un equipo multidisciplinario desarrolla un proyecto innovador centrado en el uso de materias primas alternativas, que no requieren superficies agrícolas extensas, mano de obra intensiva, riego, fertilizantes ni insumos agrícolas tradicionales, para la elaboración de alimentos para animales.
La doctora Lorena Vivas está a cargo del proyecto denominado “Desarrollo de nuevas tendencias proteicas como posibles fuentes de materia prima para la formulación de alimentos para animales”, que tiene como objetivo investigar “el potencial de materias prima alternativas como fuentes proteicas viables, como la mosca soldado negro y sus larvas”.
Resaltó que la mosca soldado negro, originaria de América, es especialmente prometedora, porque “sus larvas, al ser procesadas en harina, ofrecen un contenido proteico que varía entre el 37% y el 57%, dependiendo de su dieta. Esta variabilidad permite ajustar la calidad proteica según las necesidades específicas de los animales”.
Además de la mosca soldado negro, este equipo de trabajo está evaluando las propiedades nutricionales de las algas Sargassum (sargazo: un tipo de alga marrón flotante que provee alimento, protección, y hábitat a muchas especies marinas); y Kappaphycus alvarezii (alga roja que sirve para uso agrícola con potencial para la economía y el medioambiente).
La especialista indicó que “estas algas, ricas en proteínas, podrían convertirse en componentes clave en la formulación de alimentos balanceados, contribuyendo a la sostenibilidad y eficiencia de la producción animal”.
Precisó que la relevancia de este proyecto radica en la posibilidad de reducir la dependencia de materias primas importadas, como la harina de soya, que actualmente se adquiere de países como Estados Unidos, Brasil, Argentina, China e India.
“La industria de alimentos balanceados para animales (ABA) en Venezuela depende en gran medida de estas importaciones, lo que genera costos elevados y tiempos de espera prolongados”, dijo.
Apuntó que el objetivo principal de esta investigación es demostrar que las fuentes proteicas alternativas propuestas pueden sustituir eficazmente a las tradicionales.
“Queremos demostrar que estas fuentes proteicas, que estamos proponiendo, pueden servir de sustituto a aquellas fuentes proteicas que son las que son utilizadas por nuestras empresas ABA”, subrayó.
Para esto, se están realizando pruebas exhaustivas en diferentes especies animales y en diversos estados fisiológicos.
“Una vez obtenidos resultados favorables, se planea escalar la producción para garantizar un suministro constante y suficiente de estas materias primas a las empresas de alimentos balanceados para animales en el país”, comentó.
Señaló que este proyecto no solo busca innovar en la formulación de alimentos balanceados, sino también fortalecer el sector agroindustrial nacional.
“Al garantizar un suministro local de materias primas proteicas, se reducirán los tiempos de espera y los costos asociados a las importaciones. Esto permitirá a las plantas de alimentos balanceados operar de manera más eficiente y competitiva, beneficiando a toda la cadena de producción y, en última instancia, a los consumidores”, resaltó.
Recalcó que esta investigación está enmarcada en el Objetivo 1.4.3.4.3. del Plan de la Patria 2019 – 2025, que busca aumentar la capacidad de procesamiento de alimentos balanceados para animales, con el objeto de atender la demanda nacional de este rubro de manera soberana y suficiente.
“También se ve reflejado en el Vértice 3 de la Gran Misión Ciencia, Tecnología e Innovación “Dr. Humberto Fernández-Morán” que potencia la cultura científica, tecnológica y de la innovación como elementos que promuevan los ecosistemas que fomenten la producción nacional, construyendo bienestar común bajo los principios fundamentales de la ética para la vida y la prosperidad del pueblo”, detalló.
Esta investigación es el reflejo del compromiso de la comunidad científica venezolana con la investigación y el desarrollo de soluciones innovadoras que impulsen la autosuficiencia y la sostenibilidad del sector agroalimentario nacional.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Nailet Rojas García/ Fotos: Anthony Araque