El 18 de febrero de 1924, nació en la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, Humberto Avelino Fernández-Morán Villalobos, un niño que se convirtió en un brillante científico que realizó aportes a la ciencia nacional y dejó un legado de inspiración que prevalece en los investigadores de Venezuela y del mundo.
Fernández-Morán es descrito por periodistas, científicos e investigadores como un genio e inventor fuera de serie, con un trabajo reconocido y visibilizado en tiempos de revolución y con una mirada orgullosa de su venezolanidad.
Su formación como estudiante se desarrolló entre Maracaibo, Curazao y Nueva York. Más tarde, cursó estudios de bachillerato en Alemania en el Instituto Schulgemeinde de Sallfeld, y a los 16 años de edad, ingresó a la Universidad de Munich donde comenzó a estudiar medicina.
Estos años fueron críticos para la familia Fernández-Morán, pues en Alemania gobernaba el partido Nazi. Pese a esa realidad, en 1944, en medio de bombardeos a la ciudad de Munich, Humberto Fernández-Morán se gradúa Summa cum laude en medicina, con apenas 20 años de edad.
Tras obtener en 1945 su equivalencia al título de Médico Cirujano de la Universidad Central de Venezuela (UCV), distinguiéndose por su especialización en Medicina Tropical, Fernández-Morán continuó especializándose en la Universidad George Washington de Washington, D.C. donde realizó un internado en neurología y neuropatología.
Un artículo publicado en marzo de 2016, por el decanato de Ciencias de la Salud de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), ubicada en Barquisimeto, estado Lara, relata un encuentro entre Humberto Fernández-Morán y el físico alemán Albert Einstein, quien le aconseja estudiar medicina en Suecia. En 1947 viajó a Estocolmo, donde comenzó su carrera como investigador en microscopía electrónica en el Instituto Nóbel de Física.
Mientras estudiaba en Suecia, conoce a Anna Browallius, se casa y tiene dos hijas llamadas Brígida y Verónica, quienes inspiradas en su padre estudiaron matemáticas y biología.
Humberto Fernández-Morán trabajó en el Psiquiátrico de Maracaibo. En 1951 fundó la Cátedra de Biofísica de la Escuela de Medicina de la UCV; ese mismo año obtuvo el grado de Maestría en el Instituto de Investigaciones Celulares y Genética del Instituto Karolinska, y el doctorado en filosofía (Ph. D.) de la Universidad de Estocolmo en 1952. Esto lo posicionó como uno de los primeros venezolanos en alcanzar ese grado académico.
Un legado de inspiración
Humberto Fernández-Morán contribuyó de manera fundamental al avance y perfeccionamiento de la microscopía electrónica, gracias a sus conocimientos sobre medicina y biología, lo que le permitió desarrollar la capacidad de trabajo mecánico, precisión y confiabilidad de los ultra micrótomos, modernos en su tiempo.
Además, fue pionero en técnicas de crioultramicrotomía y utilizó lentes superconductores y helio líquido en microscopios electrónicos, registrando su participación significativa en el desarrollo del microscopio electrónico.
La necesidad de poder observar y comprender las estructuras subcelulares, llevó al Dr. Fernández-Morán a crear la célebre cuchilla de diamante, un instrumento que permitió el seccionado ultrafino de materiales biológicos y hasta metálicos.
Esta herramienta revolucionaria permitía cortes extremadamente precisos en tejidos biológicos, abriendo nuevas posibilidades en la cirugía y la investigación médica.
La inventiva se cristalizó en el año 1953 cuando publicó su trabajo titulado: “La cuchilla de diamante para seccionado ultrafino”, firmando como investigador del Instituto Karolinska de Estocolmo y del Departamento de Biofísica de la UCV. En 1955 logró patentar su gran y noble invento.
Fernández-Morán desempeñó un papel crucial en la modernización científica de Venezuela. Su visión y liderazgo crearon y fundaron en 1954, un centro de excelencia para la investigación en neurociencia y biología del país, como el Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (IVNIC) -actual Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas- ubicado en Altos de Pipe, estado Miranda.
Como director del IVNIC, el Dr. Fernández-Morán, lideró la construcción del Reactor Nuclear RV-1 el primero en su estilo de Latinoamérica. Parte de su legado se encuentra en la Biblioteca Científica de Latinoamérica en el IVNIC.
El Dr. Fernández-Morán pasó gran parte de su tiempo como científico, investigando desde sus laboratorios en el IVNIC, pero ante el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez y una serie de acontecimientos, emigró a mediados del año 1958 hacia Estados Unidos.
Se unió a la Universidad de Chicago como docente investigador. Allí, contribuyó al desarrollo del proyecto de la NASA en el programa Apolo, dejando su huella en la exploración espacial.
Humberto Fernández-Morán no solo fue un científico brillante, sino también un visionario que creía en el poder de la investigación para transformar sociedades.
Su legado es parte y arte de la revolución científica del siglo XX, que sigue vivo en las mentes de aquellos que continúan explorando los misterios del mundo natural y la frontera del conocimiento científico.
El Dr. Fernández-Morán es recordado como un notable hombre del mundo, por su capacidad creadora y su inventiva que han dejado un impacto imborrable en la ciencia.
Sus contribuciones siguen inspirando a las nuevas generaciones a buscar respuestas, innovar y avanzar en el camino del descubrimiento científico.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Rosiris Ortega Ortiz-Fotos cortesía.