Investigadores venezolanos trabajan para diversificar la dieta nacional, fortalecer la soberanía alimentaria y reducir la vulnerabilidad de los sistemas agroalimentarios.
Aunque la dieta global depende en su mayoría de solo cuatro especies vegetales que aportan el 60% de la ingesta calórica, Venezuela está tomando acciones para revertir esta situación.
Desde el Laboratorio de Ecofisiología Vegetal del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), un equipo multidisciplinario desarrollan un proyecto innovador centrado en las especies de frutas subutilizadas, para documentar y dar a conocer más de 70 especies, tanto nativas como naturalizadas, con potencial para mejorar la dieta venezolana.
De acuerdo con la investigadora, Marisela Bravo, pionera del proyecto, “estas frutas, a menudo olvidadas o con una menor frecuencia de uso, poseen un valor nutricional sorprendente y están resguardadas en nuestras comunidades, especialmente en zonas rurales y periurbanas”.
Remarcó que entre las especies frutales subutilizadas se encuentran las “que son autóctonas o nativas y tenemos también especies que se han naturalizado dentro de nuestros espacios».
Detalló que por ejemplo, «la Guama es una especie nativa, tenemos el algarrobo, es otra especie nativa, tenemos almendrón que es una especie naturalizada, tenemos jobo, jobitos, ciruelas y muchas especies de la familia de las anonáceas, que digamos el miembro más conocido es la guanábana, pero ahí este manirote, riñón, anón, chirimoya y guanábano rojo”.
Asimismo, explica que la investigación busca visibilizar y rescatar estas especies, reintroduciéndolas en la alimentación.
“La idea es rescatar estas especies que están en desuso, retomarlas e introducirlas de nuevo a nuestra alimentación para aprovechar todas sus bondades nutricionales y farmacéuticas que nos puedan aportar”, destacó.
Además, precisó que esta posibilidad aumenta la variedad de alimentos consumidos, algo fundamental para una alimentación saludable y para prevenir deficiencias nutricionales.
“Las especies subutilizadas pueden tener un valor nutricional similar o superior a las especies más conocidas. Por ejemplo, el semeruco, también conocido como Cerecita, aporta cuarenta veces más vitamina C que la naranja o el limón. Estas especies son una fuente rica de antioxidantes y otros compuestos beneficiosos para la salud”, comentó.
Diversificación de cultivos
La especialista subrayó que para reintroducir estas especies en la dieta del pueblo, “es necesario conocerlas, saber que existen, saber cómo se propagan, cómo se cuidan, qué requerimientos tienen para llevarlas al campo y cómo las consumimos, porque nosotros generamos aprecio a partir de esos gustos gastronómicos».
También indicó que al aprovechar estas especies, se contribuye a la soberanía alimentaria nacional y a la diversificación de cultivos. Agregando que muchas de estas especies son resistentes a plagas y sequías, lo que las hace ideales para la producción sostenible.
“A nivel global, históricamente se han reportado más de siete mil especies con uso en la alimentación; sin embargo, nuestra alimentación, no solo la nuestra como venezolanos, sino la del resto del mundo, se basa en solo cuatro especies, entonces eso hace que la alimentación sea vulnerable. Por ello, nosotros ampliamos el abanico de posibilidades, consumiendo más especies, así nosotros estamos fortaleciendo nuestra soberanía alimentaria”, señaló.
Igualmente, enfatizó que la participación activa de las comunidades es esencial, destacando el rol de los comuneros y comuneras, como guardianes de la cultura ancestral y el conocimiento sobre la alimentación, que además, desempeñan un papel crucial en este proyecto.
Los resultados de este trabajo han dado lugar a publicaciones científicas como «Bioinventario de especies subutilizadas comestibles y medicinales en el norte de Venezuela» (2017), «Áreas potenciales de distribución de jobo (Spondias mombin L.) en Venezuela, mediante análisis espacial SIG» (2018) y «Consumption patterns and underutilized Fruitós as resilience strategies in the face of the global environmental crisis» (2023).
Venezuela se compromete con la diversificación alimentaria no solo para mejorar la salud de su población, sino también para fortalecer el derecho a una alimentación sana, soberana, sabrosa y variada, basada en modos de producción sostenibles.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Nailet Rojas Garcia / Fotografías: Francisco Trías.